Muchas actividades en la muestra artística de “somos nostros el arte que explota”. Fue este sábado 19 en la Fundación Ceferino Namuncurá que, además de ofrecer el lugar, “puso” los equipos y la gente. Danza, música, pintura, realizaciones audiovisuales, tela, murga y radio formaron parte de la muestra.

Cerca del mediodía ya había movimiento en Obreros Unidos 1201: los pibes, organizadores de “somos nosotros el arte que explota” iban de aquí para allá como sucede, previamente, ante un evento de estas caraterísticas; el cual contó con un trabajo anticipado de más de un mes.

Por allí iban Aldrina, Renzo, Nico, Imanol, Mariela y Eugenia “acomodando” los últimos detalles para que comience la función. El módulo de la radio -aquél que suele observarse en el verano en la Radio-Playa– presto para que Gastón, Estrella, Leonel y Marcos le dieran vía libre a una nueva transmisión especial(rasgo habitual en la programación Namunkurá); la gente que iba llegando.

“Que no se queden en casa con el control remoto en la mano”, invitaba Héctor Meza, de “La Boina del Che”, a traves de la radio, a los oyentes para que se acercasen hasta el predio de la Fundación en donde ya se habían presentado, coloridos, ellos, los integrantes de la murga del barrio “Alta Tensión”: un grupo de chiquilines que entre trompetas, bombos y redoblantes, le pusieron color y calor al inicio.
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Murga y telas. Los pibes del barrio “Alta Tensión” y las telas de quienes asisten a los CAJ, inauguraron la muestra.

Más tarde fue el turno de las telas y los primeros pasos de danza-el hip hop, un clásico en los CAJ de la ciudad, picó en punta, seguido del tango de “los pilluelos”-, seguidos atentamente por un nutrido grupo de personas en donde sobresalían las familias completas y los grupos juveniles con sus mochilas, guitarras y sonrisas.

En el ingreso a la Usina Cultural- escenario de numerosas muestras de escuelas de la ciudad- lucían las obras en papel, o en grabados a cargo de Yamila y de Adriel(“Estoy estudiando en el instituto 805 y le pido a la gente que firme la planilla para que no cierren los talleres introductorios”, expresó en la radio el joven); mientras la oscuridad interrumpida por las luces tenues iba anunciando la proyección de los cortos y mediometrajes: “Civilización o Barbarie. Historia de una grieta”, realización audiovisual de los integrantes de la Fundación Ceferino Namuncurá estrenó pantalla; subtitulado hasta en las canciones que forman parte del film se apropió d elos primeros comentarios satisfactorios de los presentes que tuvieron más con la proyecció de “Sin querer queriendo”, del taller audiovisual del CAJ de la escuela 750 y “La guerra de otros”, de Agustín, un joven que contó en la transmisión radial que “al cine hay que sentirlo y experimentarlo: esa es la mejor manera de estudiar”.
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Ingreso. En la entrada a la Usina Cultural, las imágenes impresas y grabados a cargo de los jóvenes Yamila y Adriel.

Cuando la tarde cayó freca en el norte de Madryn, las pizzas y las tortas fritas que llegaban desde la cocina –Ester, la cumpleañera, recibió el saludo de los presentes que la ovacionaron-, los mates y “cafecitos” templaban los espíritus que se preparaban para la escena final: las manos de Nacho Ayerbe, colaborador incansable, posibilitaron que el sonido esté óptimo y entonces, Enzo Segovia-regaló una mezcla de música con recitado muy interesante-, Bruno Mellado y su rap callejero que le habla a los chicos de los barrios, los “Resilientes” -menos de un año de formación, pidieron por más lugares para tocar en la ciudad- y “la Boina del Che”, cerraron la fiesta a puro rock.

“Somos nosotros el arte que explota”, anunciaron.
Y explotó, nomás.

(fotografías: gentileza Nancy Ovalle, coordinadora CAJ 750)